miércoles, 9 de diciembre de 2009

Reflexión 8: Eso que nos pasa, es un Mundial.

De la mano de Thierry Henry Francia entró al Mundial y de la mano de la FIFA al grupo de la muerte. Pero si hablamos de muerte tenemos que dar a conocer el alto porcentaje de muertos en almuerzos de leones en las cercanías de algunos estadios donde se disputará esta edición de la Copa del mundo. Pero volvamos al análisis de esta nueva edición empezando por el grupo donde jugará nuestra selección, la selección del “Diego”, la de todos. Después de eliminar en repechaje a Ucrania los griegos, fieles a sus viejas costumbres se mamaron hasta el amanecer y parece ser que la van a seguir mamando. Corea del Sur llega con una delantera que te achura: CHIN-CHU-LIN. El anfitrión es quien siempre tiene un 90% de pasar a octavos de final por el favorable fixture, en este caso tiene el mismo porcentaje, pero de quedar fuera antes de jugar el tercer encuentro.
Inglaterra-Usa, será el partido con más gente a favor de un seleccionado, ya que el gran David (Beckham) se vuelve a vestir con los colores de la reina, aunque a las señoritas norteamericanas les interese ver los boxers que vista.
Una de las paradojas será la derrota de Ghana y la mayor presión la tendrán los muchachos de Costa de Marfil, que de no pasar a segunda ronda, serán tirados a un pozo con treinta hienas hambrientas y casi raquíticas.
Pero también tenemos las buenas nuevas de las grandes marcas que jugarán el mundial sin patear la pelota. Dinamarca será el primer chivo expiatorio cuando se coloque las nuevas camisetas térmicas para soportar los 60 grados de calor del continente africano y no insolarse.
Y no nos podemos olvidar de los candidatos de siempre como España, Portugal y Holanda que nunca ganan nada. Pero sin lugar a dudas el mundial será el que disputen los dos héroes del presente, aunque Cristiano Ronaldo tendrá que pedirle a la reconocida marca de shampoo anticaspa que publicita, que en lugar de pagarle en dólares le pague con productos.
Esperemos ver a una selección campeona y que las otras 31, la sigan chupando.

Concluyo: Si el Diego levantó la copa como jugador, también la va a levantar como entrenador.

viernes, 20 de noviembre de 2009

Reflexión 7: Ya tengo Msn, ¿qué nick me pongo?

Desde hace un largo tiempo, cada vez que abro el Messenger tengo por costumbre leer los nicknames de quienes están conectados. Tarea muy probable en nueve de cada diez usuarios de este programa, pero en mi caso la tarea fue analizarlos y darles diferentes clasificaciones para quienes tengan en mente un nuevo nick.

Para empezar tengo que clasificarlos según el género. Un hombre no escribe lo mismo que una mujer pero sí una mujer puede escribir similar a su sexo opuesto, y este es el caso de los nicks futboleros escritos por minas. No tiene el mismo énfasis que el de los hombres pero están cerca. “Los de Mataderos son todos giles. Aguante Velez”, es un típico ejemplo de cómo escribirían ellas, mientras que “ellos” anotarían algo así como:

“Sos puto Chicago. El Fortín se coge a Mataderos”. Y cuando leemos la palabra “coge” nos damos cuenta que se usa y aprovecha una expresión machista aceptada por la sociedad cibernáutica del Messenger.

Pero hay para todos los gustos. Están las románticas que no pisan los veinte años que agitan, agitan y agitan, pero no vuelan. Que sirven el mate bien hervido pero no lo toman. Las que viborean a los jóvenes ansiosos y frustrados por quedarse un sábado en casa en lugar de salir a expulsar testosterona acumulada. He aquí nicks del estilo de, “Soy tu gatita de Lomas del Mirador, y te espero con Winnie”. Empieza bien, fuerte y al palo pero la mención de Winnie (Pooh) demuestra la edad de la escritora y un dejo de sentimentalismo que tira abajo. Pero también están las que aparentan ser niñas de casa, niñas de bien e inocentes pero terminan abatidas por su fuego interior que intenta incendiarlas en pura pasión. Las mismas que recurren a oraciones como: “Por más que el mar se vuelva verde, me convertiría en pasto para que me pases por arriba con esa podadora”. Obviamente que hay más clasificaciones pero estas tres son las más representativas de los últimos tiempos.

Con respecto a los muchachos, tenemos un abanico más amplio de clasificación. Porque el hombre es más… hombre y por ende más infantiloide a pesar de sus años de experiencia en el campo femenino. Algunos se extralimitan y pretenden olvidarse de que Dios sólo les dio una hojita para taparse.

Tenemos a los Naroskianos (fanáticos del "poeta" José Narosky) con sus frases líricas al mejor estilo Neruda del subdesarrollo, “si los pájaron volasen por el cielo azulado, me convertiría en mar para estar a tono tuyo”. Suelen ser aburridos y las chicas son prejuiciosas con esto. No es una efectiva arma de seducción.

Un poco más usado en este último conjunto de semestres, pero cada vez más populares tenemos a aquellos que quieren decir mucho pero terminan diciendo nada: “La calamidad de mi ser refleja el magma de los volcanes que surgen de mi aurora pérfida”. Se le entiende más a un sordomudo, pero creo que son confusos y eso les genera éxito en la mayoría de sus conquistas.

Este último resulta el más idiota pero el más efectivo. Consiste en utilizar el nick para un mensaje, algo así como un sms por msn. Hay tres tipos. Los directos: “Lau llamame”, los menos directos: “Cuando te conectes, llamame”,.y los indirectos: “Hacete cargo”. Los indirectos suelen ser los más agresivos y son muy utilizados para herir a una niña que no nos dio pelota.

Con esto tenemos un grupo de nicks donde cada uno de nosotros puede sentirse identificado o no.


Concluyo: Si querés quedar bien con un nick, hacé copy/paste de una frase conocida y no hagas el ridículo.

jueves, 29 de octubre de 2009

Reflexión 6: Lo que hacemos cuando hablamos

Hoy estaba en un restó, porque ahora se lo llama así y noté cierta actitud en la gente mientras hablaba, lo cual me llevó a una conclusión: La gente mueve las manos cuando habla. No sé si existe algún motivo físico que los lleve a realizar dicho acto pero pareciera ser que genera cierta seguridad en quienes lo realizan. Pero no voy a remarcar este hecho si no las diferentes tomas del movimiento de manos.

En primer lugar tenemos el “saque lateral”, que consiste en levantar los brazos, llevarlos detrás de la nuca y luego delante de la cabeza. Este movimiento quiere decir que la persona estaba cansada de la relación de mierda que llevó durante cinco años lavando calzones o bombachas, y largó todo al carajo. Muy usada por mujeres jóvenes, preactivas y de pelo castaño en su mayoría.

En segundo lugar tenemos al “cuarto Reich” que consiste en levantar a noventa grados el brazo derecho y acompaña a frases como, “allá te dije, boludo” o ·”mirá como me depilé las axilas” o alguna que otra frase populacha. Muy utilizada por hombres metrosexuales del barrio de Once.

Un poco más abajo, y más tercero que segundo por quién sabe qué, está el “sacamocos” la cual no creo que haga falta especificar con lujo de detalles pero sí en qué circunstancias se emplea. Bares de media tarde, en asientos traseros de colectivos del conurbano y en las últimas butacas de los cines de Lavalle. Aplicado por mujeres adictas a los mensajes de texto o sms, y que usan una cartera distinta por cada día.

Ascendiendo un lugar, es decir del quinto al cuarto, llega una de las preferidas de las personas que tienen bigotes y comen fideos a la portuguesa. El “peine fino”. Este movimiento consiste en utilizar una mano, derecha o izquierda, para tapar el bigote recién decorado con la especialidad de la casa, ya sea portuguesa como mencioné, o de soja, si es que se decide por un delicioso chop swey. La misma es muy usada por hombres de entre 25 a 67 años que tienen, obviamente, mostachos a lo Stalin y hombres del mismo rango de edad pero que el día anterior se depilaron pelo por pelo.

Esos son los primero cuatro puestos de este ranking. Quizás, más adelante vengan otros a desplazarlos y si no, sigan mamándola.

Concluyo: Así como las manos nos acompañan en muchas situaciones, ahora también nos acompañan cuando hablamos.

martes, 25 de agosto de 2009

Reflexión 5: Recuerdos que uno no vive

Es raro ver cómo la gente siente melancolía por lo que no vivió. Ya sea a través de una imagen, de la anécdota de alguien o de algún olor.

El otro día vi la foto de una situación que alguien vivió en algún momento de su vida y me generó una sensación extraña de querer haberla vivido, no presenciado, sino vivido. Quizás porque ciertos componentes de la misma me resultaron muy parecidos a ciertas vivencias o costumbres experimentadas, o quizás simplemente por curiosidad. Lo cual no quita ese hipotético deseo.
Creo que por esto que digo, es que cuando vemos ciertas situaciones que nos generan melancolía a la vez nos despiertan ciertas preguntas acerca de cómo es que sentimos esto por algo que no nos vincula en un tiempo pasado, pero acá radica la ironía del asunto. No siempre vivir las experiencias es lo que nos despierta melancolía, sino no haberlas vivido y descubrirlas tiempo después por medio de algún medio estático, mayormente.

En esa fotografía estaba yo, pero no estaba. Me sentí parte de algunas risas, de ciertos códigos propios de un momento que quedó retratado para siempre, y de ese color que sigo viendo en otros colores. El olor a mar, pero no un mar de verano sino un mar de invierno, frío, más azul y más crudo.

Después de ver esa imagen volví a ver la mía, la de todos los días. De vez en cuando vuelvo a ver lo que vi en esa fotografía.

Concluyo: Hay recuerdos que nos recuerdan lo que no vivimos.

jueves, 14 de mayo de 2009

Reflexión 4: Kill Ring

La mañana suele ser un problema para más de uno. Esa idea de salir del lugar que ocupamos durante varias horas para adaptarnos a un nuevo mundo, el que espera fuera de la cama suele ser insoportable y en algunos casos traumante.

No se si existe un orden de lo que hacemos una vez que dejamos de lado la cama. Dirigirnos a la cocina a preparar el desayuno que puede ser cualquier cosa que nos atraiga hacia una hornalla y después a la heladera o a la alacena.

Quizás nuestro primer destino sea el baño; aunque un tanto violento cuando el primer chorro de agua toca el cuerpo. Y cuando hablamos de chorro me refiero a la canilla del lavabo o pileta y no otros chorros con los que algunos se encuentran por no despegar bien los ojos. Pero no me voy a alejar a lo que suelo llamar "el momento".

El momento es cuando dejamos de lado el paraíso utópico al que llamamos sueño para escuchar el molesto y desagradable ruido del despertador, y digo ruido porque no llega a ser un sonido. Molesto e insufrible, hace que nuestra paciencia recién despierta empiece a condicionar nuestro día. De ahi las famosas charlas laborales del almuerzo donde escuchamos: “soñaba que Coria jugaba la revancha contra el gato Gaudio y aparecía D’elía diciendo -te odio, justo cuando sonó el despertador” o algunas apreciaciones más realistas como “era increíble cómo se me tiraba encima ese morocho esbelto al mejor estilo Globertrotter”. Sea cómo fuere el sueño, lindo o feo, malo o bueno, conveniente o perjudicial, hablado o movido, nos lo interrumpe generándonos un trauma que los psicólogos no advierten pero que es muy frecuente y que se suele conocer bajo el nombre de “sueño taladrado”.

Y mucha gente de muchos lados sufren esto, hasta los tibetanos más dormilones que de tanto orar se quedan dormidos. Lo que sucede con estos muchachos es que después de escuchar esta bazofia abren la ventana y ven algo similar a la casa de Heidi donde hay cabras conviviendo con vacas y teros. En cambio nosotros vemos el 24 estancado en Carlos Pellegrini a las tres de la tarde. Deberían tomar medidas contra este invento malicioso.

Así como se condena a la gente por violar las leyes deberíamos condenar a ciertos objetos que nos molestan, más allá de que sean para un beneficio y el despertador es uno de ellos. Y podríamos ahondar en los nuevos sistemas de alarma como los celulares que además de tronar nuestros tímpanos, vibran. O sea, mientras nuestros oídos empiezan a llorar sangre por este estruendo, la mesita de luz parece una mesa de telo sin el animal print.

Y así a cualquier hora. Seis de la mañana, siete, o peor aún, siete menos cinco. ¿Por qué será que tenemos la puta costumbre de programar un horario como ese? Es decir, cinco minutos menos no es la salvación y sin embargo lo hacemos. Y no ganamos mucho más que ver la temperatura o la humedad, ¿la humedad? ¿A quién le interesa la humedad? No creo que detengamos en la calle a una muchacha para decirle, “viste qué humedad que hace”, o al taxista, “apurate que me persigue la humedad”.

En fin, la mañana es para algunos aunque muchos la sufrimos.

Concluyo: El que se levanta temprano se acuesta tarde.

lunes, 20 de abril de 2009

Reflexión 3: Para hacer algo primero hay que saber

Para ingerir la comida como se debe, ya sea en el almuerzo o en la cena se debe esperar aproximadamente media hora para recién ingerir líquido. Es decir, que después de clavarnos una polenta a la pomarola que nos representa unos 39 grados centígrados debemos esperar 30 minutos, casi un primer tiempo de un partido de fútbol, para poder tomarnos un vaso con agua que alivie como dentífrico a quemadura de mano. Pero lamentablemente, está corroborado por cualquier médico. A ver si entendí bien. ¿Y qué sucede si nos pasamos o nos adelantamos a los 30 minutos? Porque podría ser un inconveniente. Pero analicemos esto más detenidamente.

Tomaremos un ejemplo. Son las 2 de la tarde y la señora Clara está en su casa terminando de almorzar su comida de todos los jueves. Comida macrobiótica. Se quita el delantal, se lava las manos en la canilla de su cocina y se dirige al momento de mayor placer de su mediatarde. Se dispone a agarrar el control remoto de su 14 pulgadas, lo enciende y se sienta en su sillón porque todavía no ha pasado la media hora desde que terminó de comer. ¿Esto implica que Clara, nuestra ama de casa, va a perderse parte de su novela adictiva, por respetar la media hora para tomar un vaso de agua? No creo que en la novela respeten el mismo patrón de comportamiento ya que tiene cortes, está editada y la muestran cómo quieren. Igualmente sería divertido ver a Facundo Arana diciendo: “Corten… corten… que hace media hora comí y ahora necesito tomar agua”. En fin, esta actitud física, para no decir disciplina es contraproducente en un ama de casa.

Pero para ser justos, analicemos a otro tipo de persona, un mecánico de taller. Este hombre reluce su overol cubierto de aceite con una llave tuerca saliéndose por uno de sus bolsillos. Siempre está mascando chicle y mira uno de sus posters eróticos de una bosterita hot colgado al lado de su tablero, igualmente aceitado. Este hombre trabaja todo el día sin parar y si almuerza lo hace de manera rápida, pero lo hace y encima mientras tiene que reparar alguna que otra parte del auto que alguién le dejó mientras está comiendo en algún lugar de la ciudad, tiene que comer. No me quiero alejar así que voy a volver a este pobre hombre sacrificado. Supongamos que se prepara unos sandwiches a la una y media de la tarde para que a las dos en punto pueda tomar el agua que necesita para hacer la digestión. Para que pueda hacerlo, a este tipo no tiene que entrarle ningún auto a las dos, porque se puede perder de que su organismo digiera adecuadamente la comida, a no ser que pida permiso y mientras repara el auto beba el agua que necesita para que su organismo funcione tan bien como se espera de los autos que le dejan. Muy difícil ¿no?

Por eso existe la gente disidente. Los que pensamos diferente. Los que nos clavamos un pancho mientras tomamos una deliciosa Co_ a Cola en plaza Congreso o en las sillitas de Puerto Madero. Los que mientras manejamos, no esperamos a llegar a casa para saborear una buena Heinek_n.

Ya sea por uno u otro método, todos necesitamos tomar algo después de comer, el tema está en que sea líquido y no sólido.

Concluyo: Si hablamos por hablar hacemos por hacer.

jueves, 12 de marzo de 2009

Reflexión 2: Teoría de los ojos cerrados

Cuando una persona cierra sus ojos ve una imagen pero no por referencia ni por efectos de mirar hacia una luz por unos segundos, es una conceptualización libre. Porque si fuera generado por la luz, Victor Sueiro se hubiese adelantado a esto.

Es decir, cerramos los ojos y abrímos la mente. Y cuando abrímos la mente también le abrimos la puerta a miles de conceptos visuales que estarán frente a nuestros ojos bien cerrados.

El tema es que si esto es real podremos haber superado algo mucho más importante que la velocidad de la luz o de llegar a construir la primer casa en Marte. O de entender por qué Nino Dolce llegó a donde llegó si es que se puede decir eso. Habremos logrado pensar un comercial con sólo cerrar los ojos. Sí, un comercial.

Por privacidad no puedo mencionar a la persona que lo experimentó por primera vez y digo primera porque lo hizo bajo esta teoría.

Ella, y les doy una pista del género, afirmó que esta experiencia casi religiosa la transportó a un plano abstracto en el cual las dimensiones dejan de existir. Donde no hay números, ni letras, ni líneas. Donde sólo hay gags para comerciales. Es algo raro pero efectivo ya que logramos cerrar una idea que no llevaba a ningún lado.

Imaginen cuántos comerciales generaríamos a partir de esto. ¿Cuántos “esta peli está buena”? Sería una manera de hacer más fácil lo que suele ser más difícil en muchas ocaciones: una buena película.

El tema es que después de este encuentro cercano de una tercer tipa, quiso experimentarlo quien les habla. Quien narra estas líneas en busca de una verdad, en busca de una pregunta que puede responder a muchas tantas de muchas duplas que optan por salir del trabajo cuando amanece. Quizás la pregunta que se hicieron los primeros hombres que impusieron la moda en la época en la que los sex symbol desfilaban en taparrabos y en cueros peludos. Posiblemente hemos descubierto el orígen de la vida, y con esto decímos mucho.

Entonces me dispuse a hacer lo que quise hacer desde que ella cerró sus ojos ante los mios abiertos y llenos de curiosidad con una mezcla de incredulidad.

Al principio vi un color que me resultaba familiar y que se apoderaba de todo lo que tenía que apoderarse, ya que les comenté que no había dimensiones, y empecé a pensar que era una falacia. Pero en el momento en el que iba a abrir los ojos pasó. Vi una figura en el medio de la inmensidad. En el medio de un lugar que no llevaba a ningún lugar más que al mismo. De repente los colores se fueron mezclando como si alguién derramase una gran lata de pintura sobre una tela blanca. Entonces sucedió. La vi. Un color blanco, y después negro. Parecía algo que nunca había visto, hasta que se hizo más clara la imagen. Y en ese momento pude ver que era una vaca que me miraba mientras mascaba ese pasto casi amarillo y abrí los ojos. Ante eso pude comprobar que la teoría era cierta y que el comercial salió adelante llevándonos a un ascenso considerable.

La última parte es una mentira pero me pareció más coherente cerrar tal viaje de esa manera. Espero que les haya servido esto y que si pueden aplicarlo, háganlo.

Concluyo: Cerrar los ojos es abrir la mente.



martes, 24 de febrero de 2009

Reflexión 1: El comienzo

"En el principio ya existía el Verbo y el Verbo estaba con Dios y el Verbo era Dios. Él estaba con Dios en el principio. Por medio de él todas las cosas fueron creadas; sin él, nada de lo creado llegó a existir. En él estaba la vida, y la vida era la luz”… y eso que no había interruptores y mucho menos bajo consumo. Sin embargo un hombre de Cro-Magnon bajo consumo hubiera salido con más valentía a cazar algún mamut de las nieves.

Qué bárbaro esto de la evolución. Después de mucho tiempo dicen que un hombre con una tabla de piedra tenía diez mandamientos sobre lo que una persona no debe hacer para ganar un lugar en el cielo. Hoy en día Julio Lopez lo logró siendo albañíl. A ésto le llaman ¿“vueltas de la vida”?

Pero sigamos con lo de la evolución. Después de muchos largos años unos señores que tomaban mucha cerveza, creo que los llamaban ingleses, descubrieron la fórmula de dominar a otros que también tomaban mucha cerveza y después de unos años más, esos que tomaban mucha cerveza y que fueron dominados terminaron dominando, no sólo a los que se llamaban ingleses, sino a todo el mundo.

Sin embargo tengo que dejar de lado estas cuestiones históricas y generales para hablar sobre lo que nos acoge: La creatividad.

Quien habla es redactor, porque siempre le gustó escribir. Me he topado con dos o tres por ahi. Y uno de ellos me dijo una vez "los redactores somos una raza especial, diferente y que por eso tenemos que escribir diferente". Me parece que no se equivocó con lo de "diferente" porque resultó que era un pelotudo bárbaro. Me viene bien la frase porque ahora voy a detenerme en “escribir diferente”.

¿Se referían a hacerlo en otro idioma? ¿Al revés? ¿Cómo los egipcios, que escribían en jeroglíficos?

Pero claro, los redactores son redactores y sólo ellos saben cómo escribir y ningún director de arte puede, jamás corregirlos.

En este mundo todos se conocen con todos. Acá incluyo a redactores, directores de arte, directores creativos y los chicos que sirven el café que en algunos lugares son los trainees. Y esto pasa en la vida y pasa en las películas como diría una famosa cadena televisiva de cable. Pero también pasó siempre y en diferentes aspectos de la vida.

Para terminar y como conclusión, la creatividad genera creatividad o debería y en todo caso las cosas tienen que ser como son pero a muchos nos gustan como no son.

Concluyo: El comienzo comienza desde el principio.