Trabajar es lo que más tiempo nos insume en nuestras vidas y más cercanamente, en nuestro día. El hecho de pensar que trabajamos entre ocho y nueve horas, más las ocho horas necesarias de sueño nos arroja un total de entre dieciseís y diecisiete con las que ya no contamos, y por ende entre siete y ocho horas libres en las que tenemos que hacer el resto. Es decir, tiempo de viaje hacia el trabajo y luego hacia nuestras casas, cenar, y ver televisión, jugar a la Playstation, o tomar alguna que otra cerveza con amigos. Es cierto que el uso de la telefonía celular disminuye tiempo de charla telefónica desde una unidad fija, y en lo que respecta al tema, tiempo que uno se ahorra al no hablar desde el teléfono de la cocina, de la sala, del dormitorio y en algunos casos, del baño. Entonces queda evidenciado que nuestras vidas no son lo suficientemente satisfactorias porque nos pasamos la mayor parte del tiempo haciendo lo que debemos y no tanto lo que queremos, aunque no siempre queremos dormir y voy a citar un caso. Jueves al mediodía estás pirateando por el msn y pegaste onda con la minita que te venía pasando la bola desde hace tiempo. Te ves, la ves, se ven (¿los ven?) y después la que los ve es una cama y no precisamente para dormir, con lo que ya estaríamos disminuyendo las ocho horas, obligatorias de sueño.
Difícil es solucionar esto sin perder algo, porque si bien podemos renunciar al trabajo nos quedaríamos sin ingresos y si renunciáramos al sueño nos dormiríamos en el trabajo y lo perderíamos a causa de ello. Pero no voy a hablar de estas horas "perdidas" sino de las que quedan en juego.
Si tenemos en cuenta el sueño de una persona que está habituada a costumbres regularmente normales y moderadas, una persona duerme entre las cero y las ocho horas, con lo cual arrancaría su día a partir de esta última. En el baño demoraría unos treinta minutos (si se baña al despertar) y utilizaría otros treinta para desayunar, con lo que ya acumuló una hora extra. Luego se cambiaría (si es que no lo hace antes de desayunar) lo que le consume otros quince minutos (incluyendo la peineta o el gel al ras). Saldría a la calle, iría hacia la parada del colectivo, lo esperaría y una vez que encuentre las monedas se subiría. Todo esta transacción puede llevarle entre treinta y sesenta minutos, con lo que en este momento ya estaría perdiendo otra hora más, que sumada a las ocho del sueño más las ocho del trabajo, más la hora del desayuno y demás, estaría llegando a las 18 horas. Ahora bien, este tiempo es realtivo porque no todos tienen o manejan las mismas distancias, porque si esta persona viviese en Grand Bourg y trabajase en el microcentro o epicentro porteño, o de la ciudad de Buenos Aires estaríamos hablando de sesenta a ciento veinte minutos, con lo cual en lugar de acumular las dieciocho horas antes mencionadas, serían diecinueve, y sólo le restarían cinco. También quiero alegar que no estamos teniendo en cuenta paro de trenes, de subtes o cortes de calles impuestos por algún colegio mixto o de monjas. Entonces deberíamos sumarle por aproximación, el viaje de regreso, y digo "aproximación" porque siempre la vuelta es más complicada, a lo que nos lleva de dieciocho o diecinueve horas a diecinueve o veinte, dejándonos unas cinco o cuatro para hacer otras cosas.
A la mañana demasiado dormidos como para leer un libro y a la tarde demasiado cansados como para leer un libro, y muchas veces en colectivos llenos y parados, nos disponemos a llegar a nuestras casas, departamentos... hogares, para hacer simplemente nada, porque este "nada" es hacer lo que nos gusta. Pancear, birrear, watchear la tele como diría el "Indio" o quien sabe qué. Pero lo que quiero decir con esto es que en estas cuatro o cinco horas entra lo extra curricular, es decir el gimnasio, las clases particulares de inglés, la cola en la caja 15 del supermercado Día, o entenderle al chino que no te entiende. Sacar al perro para cague o trate de sentirse más perro que perra con la perra de la vecina, o criticar a la perra de la vecina por sacar siempre al perro, o esas cosas que solemos hacer en la tranquilidad de nuestro descanso.
El día tiene veinticuatro horas, pero para nosotros cuatro o cinco. En otro momento hablaremos de los fines de semana.
Gracias.
Si 20 años no es nada, 2 años no es 0,nada.
Hace 11 años