lunes, 1 de noviembre de 2010

Crítico de cine

Es fundamental saber de lo que se habla cuando se habla, eso marca la propiedad bajo la fundamentación que luego puede generar un debate sobre determinado tema. Ayer fui a ver un cortometraje de un amigo de toda la vida y entre murmullos, piropos a culos transeúntes y demás, escuché todo tipo de críticas hacia las distintas proyecciones. Lo cual me llevó a preguntarme, ¿para qué existen los críticos de cine?
Después de estudiar y estudiar y estar siempre actualizados, los críticos de cine son uno de los pocos laburantes que tienen que estar ahí, donde las papas queman segundo a segundo, viendo grandes producciones, chicas, buenas y malas. En verano y en invierno, comiendo pochoclos y nachos o primero nachos y después pochoclos y haciendo ruido porque claro, son los únicos que tienen el derecho de admisión adquirido. En cierta manera estos personajes se encargan de catalogar y ubicar a la película o film en el lugar que ellos consideran según su criterio formado luego de años, como antes dije. No sólo a las producciones, sino a los actores y actrices, al guión adaptado, a la música y a todos los ítems que hacen a una película. Y en base a ello ha llegado a mis manos un documento valioso que es como un ayuda memoria o machete, que cada crítico utiliza o en el cual se basa a la hora de hacer lo que mejor hace, criticar. El mismo está hecho por un gran director frustrado James Consecuence Harbro Junior, que al no poder producir ni un video de quince se le ocurrió ir a las salas de cine de Nueva York, con un anotador y una lapicera y poner puntos a las películas, actores y todo lo demás.
Espero que lo disfruten y si están interesados en conocer más acerca de James búsquenlo en internet.

Cómo criticar una película según James Harbro Junior.

1- Lo principal es la ubicación. Estar sentado cerca de algún boludo que comenta minute by minute la película puede ser más estresante que domingo para un corredor de bolsa.

2- Llegar 15 minutos antes. De esta manera podrás ser el primero en la cola y al que todos envidian por ser el primero que elija el mejor lugar.

3- Catar culos y tetas. Hoy en día, en toda película hay un culocasting o tetacasting, por ende, hay muchos culos y tetas dando vuelta. Pero ojo, puntuar un buen culo es tan difícil como puntuar a un joven que se cayó de su bicicleta y dio su cabeza contra un Torino 76.

4- Darle gas. No al cine, sino al asiento. Sentarse, relajarse, comer unos nachos bien picantes con cerveza y dejar que el estómago haga lo demás. Proceso lento y a veces no tan confortable que termina siendo muy confortable cuando se escapa silenciosamente. Nunca, pero nunca hagan trompetas al viento o carrozas de fuego, ya que la gente no tiene que saber de donde vino.

5- Insulto por ley. Nadie puede insultar en una película porque es una falta de respeto. Por suerte, no corremos con esa suerte ya que somos los que “deberían insultar” cuando algo nos parece de tal manera.

6- LLorar a los gritos. Casi siempre es por emoción y la gente lo entiende, pero también se puede llorar de la risa y gritar, y gritar, y escupir, y pegarle al asiento del de adelante. La risa libera endorfinas.

7- No pagar. Es importante saber que un crítico no paga, y en todo caso le pagan a él. También puede acercarse a buscar alimentos y gaseosas y sacanso una credencial, que puede ser fotocopiada en un kiosco cercano a la residencia y posteriormente plastificado.

8- Autógrafos. La actitud de un crítico repercute en la gente, por eso los autógrafos nunca faltan. Un crítico siempre debe mostrarse moderado salvo cuando una rubia pela sus coco-jambos con un fibrón indeleble.

9- Contacto con famosos. Siempre un famoso se acerca a un crítico, por conveniencia y porque no le queda otra. Siempre tratar de sacar ventajes. Algún viajecito a Cancún, Bahamas o en todo caso un fin de semana en Tandil.

10- Programa de televisión. Con el tiempo todo llega, las enfermedades, la mugre y esas cosas que la vida nos pone en el camino. Pero también llega la fama mediática abultada por vedettes y Marcelo Tinelli. Y en este caso la fama llega a través de un programa de televisión. Primero ser panelista de algún programa que conduzca Marcelo Polino hasta llegar al liderazgo al igual que el gran Beto Casella.